EL ARI DISIDENTE SE SEPARA EN FORMA DEFINITIVA DE LA COALICION CIVICA
Nuevo espacio para los autónomos
El próximo sábado se reunirán para lanzar un espacio de centroizquierda no kirchnerista. Aliados y críticas a sus ex socios.
Por Werner Pertot
El nuevo espacio nace del bloque ARI Autónomo, que no responde a la conducción de Carrió.
Image: Télam
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Los dirigentes del ARI disidente romperán en forma definitiva con el sector que permanece en la Coalición Cívica y lanzarán el próximo sábado un nuevo espacio, que intentará aglutinar a todo el centroizquierda no kirchnerista. La decisión la tomarán en asamblea en un encuentro nacional de militantes del ARI Autónomo y de sectores afines, que se volverán a reunir en el Hotel Bauen. La forma de definir la construcción de esta fuerza política apunta a “romper con el verticalismo que caracterizaba al ARI con Carrió”. El nuevo espacio político, que aún no tiene nombre, arrastrará consigo a una parte significativa de los ARI provinciales –sobre todo, Mendoza, Santa Fe y Tierra del Fuego– y avanzará hacia una alianza con los espacios de Claudio Lozano y Martín Sabbatella.
Hartos de discusiones plagadas de citas bíblicas y vaticinios catastróficos, los disidentes rompieron lanzas con Elisa Carrió a fines del año pasado y formaron el bloque de Diputados del ARI Autónomo (ver aparte). Fue el primer paso para construir este nuevo espacio de centroizquierda, en el que buscan conjurar todo lo que repudiaban de su ex líder: tendrá una conducción colegiada y resolverá colectivamente las principales definiciones, entre ellas, el nombre que tendrá el espacio. “Va a expresar la idea de converger con otros espacios en un país más justo, con hincapié en la forma de hacerlo”, era lo que podían decir sobre cómo se llamará. Pero de algo están seguros: “No vamos a volver a ser un partido donde todos siguen a un líder sin cuestionarle nada”.
Después de la ruptura con Carrió, los dirigentes se dedicaron a sumar a sectores internos del ARI y a tejer acuerdos con otras fuerzas del centroizquierda. En Diputados, el bloque de nueve legisladores pronto se ampliará para sumar a la periodista cordobesa Norma Morandini, al entrerriano Emilio Martínez Garbino y al diputado de la CTA, Claudio Lozano, cuyo espacio ya tiene una alianza en la Legislatura porteña: allí conviven en el mismo bloque (llamado Igualdad Autónoma) la arista Liliana Parada y Martín Hourest, del Movimiento por Buenos Aires.
A nivel partidario, los dirigentes ven que pueden confluir en el mismo espacio, además del tándem Lozano-Hourest, el intendente de Morón Martín Sabbatella, el cineasta Pino Solanas, la corriente del socialismo del gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, diversas organizaciones sociales, sectores de la CTA y el líder del Partido Nuevo, Luis Juez, aunque el ex intendente de Córdoba ya inició un acercamiento a la Coalición Cívica, al sumarse al Foro de Reforma Política que encabeza Gerardo Conte Grand.
Para llegar a formar esta nueva fuerza, primero deben atender una serie de problemas internos, que repasarán en el encuentro nacional del sábado próximo. El principal es la situación heterogénea en la que se encuentran en las distintas provincias: en algunos casos, el ARI disidente está al frente de la conducción del partido provincial (por ejemplo, en Santa Fe, donde mantienen la alianza con Binner) y en otros son un sector disidente expulsado de la conducción, como en Río Negro. En Tierra del Fuego, el ARI ganó la gobernación sin integrar la CC y sus diputados y senadores nacionales se mantuvieron siempre del lado de los disidentes. La gobernadora Fabiana Ríos, en cambio, sigue expresando públicamente su apoyo al liderazgo de Carrió. Los disidentes harán todo lo posible por no meterla en ninguna discusión partidaria mientras gobierna.
Dada la situación disímil provincia por provincia, no es seguro que los que formen el nuevo espacio se desafilien en masa del ARI, sino que en algunos distritos podría ser la CC la que tenga que rearmar su base local. Así ocurre en Mendoza, donde la relación con Lilita implotó cuando la dirigente decidió apoyar a los conservadores del Partido Demócrata de Mendoza y trató de evitar que su partido pudiera llevarla en la boleta. Desde entonces, se cuentan entre el sector disidente los mendocinos Alejandra Naham y Néstor Piedrafita, que asistirán al encuentro junto a sectores del ARI de Córdoba, Misiones, Chubut, entre otras provincias.
HABLAN LOS DISIDENTES
“Carrió cambió”
Por W. P.
De entrada, aclaran que no son la conducción del nuevo espacio y que toda decisión se tomará en el encuentro nacional del ARI Autónomo. En diálogo con Página/12, Eduardo Macaluse, Marta Maffei y Carlos Raimundi toman distancia, de esta forma, con el estilo de su ex líder, Elisa Carrió. “Vaticinaban que nos íbamos a perder en la estratosfera o que nos íbamos al kirchnerismo. Y no pasó ninguna de esas dos cosas”, plantea Macaluse.
–¿Ustedes planteaban que el ARI saliera de la Coalición Cívica...?
Eduardo Macaluse: –Sí, no era sólo salir de la CC, sino que el ARI tuviera un papel autónomo en el debate de sus ideas. Lilita se había ido del ARI, entonces dijimos: los que quedamos en el ARI, discutamos a dónde queremos ir. Evidentemente, esto no ocurrió. Es más: creemos que hay una política deliberada de hacer desaparecer al ARI.
Carlos Raimundi: –No fuimos nosotros los que nos desplazamos, ¿no? Carrió era el emergente de la crisis política del 2001 y representaba a sectores sociales postergados. Eso cambio dramáticamente.
–¿Ahora a quién representa?
C. R.: –Disputa el liderazgo del espacio político de la derecha. Pero no hablamos más de la Carrió que fue nuestra dirigente, sino de lo que es hoy, donde tienen otro perfil ideológico los que habla en nombre de ella.
Marta Maffei: –Es un poco lo que decía mi abuela, de dime con quién andas y te diré quién eres...
–En la CC los acusaban de no tolerar la pluralidad de ideas...
C. R.: –Acá no hay problema en que venga gente de otro origen de pensamiento, mientras no se pierda la direccionalidad. El problema es que la CC tiene una hegemonía política inversa a lo que era el ARI.
E. M.: –Nosotros pensamos que la construcción debe ser amplia, pero en nuestro espacio referencial no entran ni Roger Noriega, ni Vicente Fox, ni Aznar. No podemos compartir el espacio con quienes piensan eso.
–Desde la CC también dicen que su construcción es testimonial, que van hacia un pequeño partido de izquierda que nunca ganará una elección.
E. M: –Es lo mismo que decían cuando se constituyó la Alianza, y están yendo al mismo lugar, con las mismas palabras y con la misma gente. Y nosotros dos veces no nos equivocamos. Para nosotros, lo testimonial es fundamental para un espacio alternativo. Y en el ARI, al principio, se creía eso. Da que pensar que ahora ser testimonial es peyorativo.
C. R.: –Eso te muestra que la CC ya forma parte del establishment político. Con nosotros, hicieron lo mismo que el radicalismo hizo con Carrió: buscaron la sanción en lugar del debate. No pensamos que mañana inmediatamente podemos ser mayoría, pero vamos a seguir en una línea coherente que es la que tendrían que haber tenido el Frepaso y el ARI.
–¿Cómo pesa en este nuevo espacio la herencia del Frepaso?
M. M.: –Una de las cuestiones que llevaron al Frepaso a no construir una tercera fuerza fue el apuro que se le dio al proceso. Nosotros no pensamos en llegar de cualquier manera.
E. M: –El error del Frepaso fue creer que podía aliarse con los sectores del establishment y conducirlos. No lo pudo hacer y significó la debacle de la Alianza y del Frepaso. La CC está yendo por ese lado.
–Dado que una parte del centroizquierda acompaña a los Kirchner, ¿con quiénes piensan construir este nuevo espacio?
M. M.: –Dudo de la permanencia de esos sectores con el kirchnerismo, porque no tiene un proyecto de mejora sustantiva de la distribución de la riqueza.
C. R.: –El kirchnerismo tiene un techo, porque se va reconcentrando en la estructura del PJ, en el eje Moyano-De Vido-Cristóbal López. ¿Cuánto tiempo pueden permanecer juntos los que pusieron los muertos en la dictadura y lo que le pusieron los ministros?
Historia de un divorcio
Los primeros crujidos en el ARI comenzaron cuando se incorporaron por sorpresa Enrique Olivera y Teresa de Anchorena en las elecciones de 2005. Las diferencias –en ese momento, sólo murmuradas por lo bajo– crecieron con la llegada de Santiago del Sel, Alfonso Prat-Gay y Patricia Bullrich y estuvieron a punto de estallar en plena campaña presidencial de 2007 con el diálogo entre Lilita y Ricardo López Murphy. Poco después de la elección, la líder de la Coalición Cívica lanzó el grupo “Dejar en paz al campo” y los disidentes resolvieron que ésa era la gota que colmaba el vaso. Tras varios encuentros en el Hotel Bauen, anunciaron que formaban un bloque propio, que pasó a llamarse “ARI Autónomo 8+”. El “ocho” lo mantuvieron aun cuando sumaron otra diputada, como un paralelo con el Grupo de los Ocho que rompió con el menemismo a comienzos de los noventa.
El bloque lo integran los bonaerenses Eduardo Macaluse, Carlos Raimundi, María América González, Lidia Naim, la santafesina Verónica Benas, los fueguinos Leonardo Gorbacz y Nélida Belous y, por la ciudad de Buenos Aires, Delia Bisutti, Emilio García Méndez, además de la legisladora porteña Liliana Parada y el secretario parlamentario del ARI, Luis García Conde. En el Senado, también mantienen su autonomía los fueguinos José Martínez y María Rosa Díaz. De los dirigentes históricos del ARI, se destacan la ex diputada Marta Maffei y Alicia Gutiérrez.
Los aristas disidentes no dejaron el partido en un primer momento, sino que asistieron a un congreso nacional para proponer la salida de la CC. Se cruzaron furibundamente con los lilitos y perdieron la votación. El final de ese debate implicó, en los hechos, el quiebre del ARI. Carrió se complació con esa ruptura: “El árbol debe ser podado para que dé frutos. Fueron cortados en tiempo y cantidad justa”, dijo sobre los disidentes. Ellos hicieron un primer encuentro nacional en diciembre del año pasado, donde se plantearon dar vuelta los números de la votación de aquel congreso, pero finalmente renunciaron a esa estrategia y se decidieron a formar un nuevo espacio político.